miércoles, 29 de octubre de 2014

El  volcán Pu'u'o'o del Kilauea arrasa con su lava las primeras casas
La lava avanza lenta pero implacable

Cuando uno piensa en Hawaii, piensa en playas, en un lugar paradisíaco en el que, como en la película Desayuno con Diamantes refiriéndose a Tiffany comenta: "Nada malo podría pasarme allí".
Piensa en bienestar, piensa en surf, en vacaciones, en chicas y chicos estupendos paseándose a ritmo de hula, y piensa en cócteles en la playa.
Piensa en playas, sobre todo en playas, y playas hay en estas islas. Hawaii tiene playas desde luego,pero son trocitos de playa, no todo es playa en Hawaii.
En Hawaii el ritmo que se sigue es el Aloha, Las recomendaciones son: conduce con Aloha, saluda Aloha y cuando logras vivir en hawaiano, el ritmo, la idea de playa occidental, desaparece.


Hay playas pero lo que más hay es volcanes. Aloha.

Big Island (Hawaii) está presidida por dos grandes volcanes, el Mauna Loa y el Mauna Kea y hay otros más alrededor, conformando desde ellos una serie de comarcas naturales que distribuyen los distintos puntos de la isla. La isla se divide en dos partes bien diferentes, una húmeda donde está Hilo (la ciudad donde más llueve del mundo) y otra seca, prácticamente desértica, Kona. No te creerás si digo que se puede ver donde termina una y donde empieza otra, pero es cierto, se ve!!!
Los volcanes, el Mauna Lea y el Mauna Kea, son montañas casi tan altas como el Aneto. Cuando llega la lluvia, detienen las precipitaciones que no consiguen llegar al otro lado.
Big Island tiene, por otra parte 150 ecosistemas naturales y todo gracias al terreno que los volcanes han ido ganando al mar en sus reiteradas erupciones. Por eso no hay muchas playas. Big Island es una isla joven donde la lava que ha llegado hasta el mar aún conserva toda su fuerza. Hay poca arena, playas pequeñas, eso sí algunas paradisíacas. Pero no son las playas lo que imprime carácter a la gente y a las islas; son los volcanes.
La rudeza de los volcanes, la fuerza de los volcanes, la conquista de espacio al mar, la recuperación, la sustitución de la lava por vegetación. Una sutil tarea en la que colabora la lluvia y el excelente clima del trópico; el eterno verano.
El ritmo Aloha, el saludo, la expresión, la forma de vida Aloha dice mucho de la gente que vive aquí. Es saber encajar.
Encajar la maravilla de sitio, de clima, de temperatura, pero también la constante lluvia, los huracanes, las grandes tormentas que parecen recordar a menudo lo frágil que es la naturaleza, llevándose por delante todo lo que había crecido durante años, lo que se había construido durante años.
Encajar, la inmensidad de océano, la exuberancia de la vegetación, el desierto y encajar, en su forma de vida, los volcanes.
En esto reside el espíritu del Aloha, y aquí otra vez Pele aparece.
Y es que justo hoy Pele se ha llevado por delante la primera casa. El pelo de Pele, la lengua de lava que llevaba desde el 27 de junio recorriendo aproximadamente 70 metros cada día, se ha destruido la primera casa.
Un paso lento pero continuo. Así ha sido el espíritu de Pele (la diosa del volcán) en esta última erupción. Parecía que el flujo de lava iba modificando su trayectoria evitando la destrucción de hogares a su paso, pero hoy ha llegado, y sigue avanzando.
Desde el 27 de junio mucha gente ha abandonado sus casas, vendido sus pertenencias y se ha mudado a otro sitio. El principal problema es que la lava llegará a la carretera principal y dejará aislada a toda una comarca. 
Pero no todos han querido marcharse, se han propuesto hacer vida de autoconsumo, autoabastecimiento. Han plantado verduras en su jardín y buscado la manera de poder mantenerse en su casa, porque aman el sitio donde viven, porque ellos decidieron vivir allí conociendo la naturaleza de esta tierra.
El volcán sigue vertiendo y pronto cortarán la carretera; se han suspendido las clases en los colegios e institutos pero la vida sigue. Puna sigue esperando la decisión de Pele, puede que pare o puede que no...
Kilauea se llama el sistema al que pertenece el Pu'u'o'o, el volcán activo en este momento. Siempre había vertido hacia el lado contrario, no se esperaba esto. Pero la naturaleza es caprichosa.
Otra de las grandes erupciones de este volcán fue en los años sesentas. En un momento de su recorrido, la lava penetró en la tierra, horadó un túnel de lava y después volvió a emerger llevándose por delante toda una plantación de papayas, dejando a su paso pahoehoe y a'a lava y llegando hasta el mar con virulencia formando unos impresionantes acantilados.
De esto solo hace pocos años. Estuvimos visitando el lugar. Es de impresión, como tantas cosas aquí. Un paisaje en el que solo se ve el negro mas negro, la piedra del volcán seca reseca, los inconsistentes agujeros de los túneles por donde se escupen los gases cuando explotan. Las huellas del avance de la lava, una veces rápido otras lento. Todo negro, rocas informes, puntiagudas, terribles, grandes, inanes pero majestuosas a la vez, impresionantes, fuertes, hermosas, enormes.
Son las rocas que han ganado terreno al mar, las que van a hacer que la isla sea mas grande, las que la naturaleza colonizará y en las que ya están apareciendo los primeros arbustos.
La vida se vuelve a empeñar en seguir.

jueves, 16 de octubre de 2014

Pele, la diosa del volcán

Ya puedo decir que he caminado sobre el cráter de un volcán activo, el Kilauea. 
El suelo está muy caliente y se ven las fumarolas y el azufre salir por los huecos que el propio volcán levanta sobre la lava ya sólida.
Un suelo de lava que sigue cambiando porque las explosiones para erupcionar los gases contenidos son continuas, diarias.
Un gran cráter de varios kilómetros por donde se atraviesa la historia del volcán. Caminar sobre el magnífico cráter que te va contando la historia de las sucesivas erupciones, de la devastación pero curiosamente también de la necesidad de la naturaleza de volver a colonizar su espacio, con vida.
Varios kilómetros de cráter de lava sólida erupcionada en diferentes momentos, uno de ellos en 1959, pero también en 1975 y 1983, o sea, lava sólida de volcán activo ya circundado por por un exuberante bosque tropical, el rainforest  que va avanzando. Un contraste aún viéndolo, increible.
De la humedad ambiental del bosque al ambiente seco, de los colores al negro más intenso, de la exuberancia a la nada. Y yo me quedo en esa nada. Un ambiente calmado, silencioso, aséptico, seco, caliente,agradable.
Todo en solo un paso. Es curioso el cambio brusco, del bosque verde al volcán, a Pele, la diosa del Volcán, en todo su esplendor. Una Pele que todo lo preside, que manda en la isla, a la que todos respetan, no por temor por respeto.
Pele hoy te deja llegar hasta el más adentro del volcan, pisar sus cabellos que son la lava. No sabes si mañana querrá.
El kilauea, ese gran cráter.Impresionante. En una parte del cráter, en los kilómetros sobre los que se puede pisar, va contando su historia a través de los dibujos de lava ya sólida que cada día desdibuja a su antojo.
Hubo una primera explosión seguida de otra más fuerte que cambia el color del negro a un rojo alarmante.
Igual que los esquimales distinguen entre muchos tonos de blanco los hawaianos distinguen entre las formas de la lava, las más conocidas son la lava a'a  y pahoehoe. Una es rugosa y pinchuda, difícil de pisar y otra encordada, mas lisa donde se puede caminar con más facilidad. Negras aunque hay algunas más rojas. Contrastes de colores en el mismo cráter y contrastes de vida porque si del rainforest se pasa a la nada, la nada ya se deja acariciar y aparecen de testigos las primeras flores rojas de la ohi'a. A la que se venera, porque anuncia que la vida es capaz de abrirse camino aún en las circunstancias más adversas...

La isla es un volcán, muchos volcanes, un gran pedazo de lava que le ha comido el sitio al mar... que le sigue comiendo sitio al mar.